lunes, 22 de diciembre de 2014

sobre el ministro de defensa

las declaraciones del ministro de defensa- actual, en el gobierno de josé mujica, y el entrante, de tabaré vázquez- han encendido el debate y la indignación.
la pregunta es: ¿por qué ahora y no antes? ¿qué parece encender a una parte de la opinión pública en contra de los dichos? ¿ y por qué ahora?

parece que vivimos en un país donde importan más las palabras que las acciones. como si las palabras del ministro de defensa fueran muy diferentes de sus acciones.

vuelve la pregunta: ¿por qué el ministro de defensa actúa así?

hay que sumergirse en la larga historia de la historia reciente, que no está dilucidada en este país, y que ha sido trastocada, una y otra vez, por los distintos protagonistas.

arrogarle al ministro de defensa toda la "culpabilidad" de los dichos, que son consecuencia de los hechos largo tiempo acontecidos, es tener una visión corta. habría que ir mucho más atrás en el tiempo y preguntarse sobre otros asuntos. que nadie parece haberse preguntado, sinceramente, siempre fue mucho más sencillo encontrar culpables aquí y allá y hacer de cuenta de que hubo cosas, en este país, que no acontecieron.

lo que hace el ministro de defensa es coherente con el discurso instalado. no se trata de suponer que hay viejos pactos de silencio entre unos y otros. parece que se trata de cosmogonías mucho más profundas, instaladas, cuestiones a las que la política nacional no está acostumbrada a analizar, ni a ver ni a cuestionar.

las palabras del ministro, en relación con la verdad, encierran mucha rabia. una rabia que da le impresión que deviene de la incomprensión de todos nosotros, la sociedad civil, esa que no supo entender en su momento, y parece no comprender ahora. entonces, antes que nada, habría que pedirle al ministro de defensa que explicara desde dónde habla y por qué dice lo que dice, y dejar de lado, por un instante, las ofensas mayúsculas que le hizo a quienes defienden, en el lado débil que les ha sido asignado, los derechos humanos.
¿qué piensa el ministro de defensa cuando dice lo que dice? ¿y por qué lo dice?

el ministro de defensa es un ser humano como todos. con su historia, con sus circunstancias, con su circunpencción, como todos. la diferencia es que no es una persona cualquiera, es titular de un gobierno, tiene voz pública.
por algo dice lo que dice y cómo lo dice. habría que preguntarle si no le duele el silencio. habría que preguntarle qué lo lleva a querer perdonar a quienes niegan  justicia y verdad (el silencio también incluye el de los civiles que callan).

este ministro de defensa  llena de compasión. porque debe vivir en una democracia en la que él en su momento no creyó, pero que es la que le permite vivir. y es la que acoge a todos, sobre todo a los que se pregunta y exigen saber qué pasó con los que no están. pero hay que pensar, también, que no es justo que pagan todos por algunos, y eso es lo que carga este ministro de defensa sobre sus hombros en la medida en que calla lo que sabe o lo que no sabe.

lo "malo" de todo esto es que quienes llegan al poder, democráticamente electos, hacen de cuenta de que estos temas no existen, en aras de no se sabe qué. hace que se discuta lo indiscutible, y que se olvide quiénes son los verdaderos responsables del silencio y la injusticia.

en aras de lo que fue, podría pedírsele al ministro de defensa, que explicara sus dichos y lo que los motiva.


la previa a la noche buena/frivolidad?

cena con una tía especial de esas cuyo apellido está en nombres de calles, y que ha sabido tener muchas -demasiadas- hectáreas en su haber. vida como tantas, las clases no hacen la diferencia: casamientos, hijos, infidelidades, divorcios, etc. y al final de la vida esto: quién me escucha los recuerdos, las vivencias. humanidad, al fin.

en esa casa, en la que se cena con mantelería de hilo bordado, platos de porcelana y platería, y copas de cristal de todo tipo - a dios gracias, y tenemos a mónica escribiendo de eso hace años- hay una señora que cocina y atiende.

la señora que atiende -léase en viejos léxicos políticamente incorrectos: la empleada, por no llamarla de otro modo- hace regalos de navidad. recibe los suyos, y todos son a tono. ¿quién lee a quién? ¿desde cuándo sabe qué me caracteriza? ¿dónde leyó lo que leyó (se trata de una lectura simbólica, claro)?suena beethoven en el fondo, qué maravilla que nadie cuestiona, a quién se le ocurre pensar que beethoven (al fin y al cabo se quedó sordo por los golpes que le propinaba el padre en la cabeza, ¿eso se entenderá como violencia doméstica? todos los niños golpeados son beethoven en potencia?)

el asunto es que hay relámpagos, alarte naranja o amarilla o roja, da lo mismo, porque el servicio meteorológico no es confiable, pero el cielo oscuro y relampagueante, sí. entonces los "de este lado" deciden acercar al servicio hasta su casa, faltaba más, porque es noche oscura, tormentosa y el transporte, incierto. y allá vamos. ¿la dirección estará en el gps? quién sabe. nombres de calles que nadie conoce, nadie que no haya vivido la inclusión, que se haya "animado" a salir del cuadrilátero "seguro". ¿desde cuándo una patrona lleva a la empleada a su casa? se conversa. claro que sí. se conversa de humanidades. sería esto posible en un país de hace diez años? no. no sería posible. no de este modo.

y se habla de asuntos que rara vez son tratados. dice ella: mi madre me educó: el apellido. la honestidad. es lo que hay. jamás hay que traicionarlo. es lo que tengo.
ay, es lo que hay, piensa uno, y piensa en cuántos se olvidan de que lo único que se tiene es la palabra dada, el apellido y la honestidad.
se habla de quién roba y quién no, de por qué se roba y por qué no.
y mientras la noche transcurre y el gps no sirve de mucho (el gps, sospecho, es clasista!), uno abraza esa noche- esta noche- y se pregunta dónde cornos se perdió aquello que no se sabe qué es, pero cuando se percibe, se detiene en el detalle, está ahí, al alcance de la mano.

viva la navidad, podría decir uno, y pensar en el viejo marx y en el viejo freud y en tantos viejos dando vueltas por ahí, mientras la gente vive, sufre, comprende y sigue sin  bajar los brazos, no importa quién esté al frente del asunto. se trata de distinguir, parece, entre no traicionar lo que uno es (las raíces, cierta educación en valores) y todo lo otro. el oportunismo, la baratura, la indignidad, no importa de dónde venga.

feliz navidad, le decimos, antes de que entre en su casa y nos despidamos. después, es cuestión, sin gps, de encontar el camino de vuelta.

mea culpa.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Santa Bernardina, Durazno, diciembre 2014

Santa Bernardina, Durazno

El barrio - Santa Bernardina- tiene 1500 vecinos, según me informan, en el departamento de Durazno. Durazno,  la ciudad, está habitada por unas 50 mil almas. Es decir, el barrio es chico. Por decirlo de algún modo. Queda un poco alejado del Centro, muy cerca del aeropuerto de la Fuerza Aérea, que es un aeropuerto alternativo (dícese del aeropuerto que recibe naves cuando Carrasco no puede funcionar). Es decir, no es un aeropuerto menor. Allí también está la "villa militar", donde viven los oficiales de la Fuerza Aérea, y otros. Casitas lindas, de ladrillo, con jardincitos y techos a dos aguas, iluminadas cuando cae la noche, silenciosas.Pacíficas.

Heber Souza me recibe en el Centro de Integración Barrial de Santa Bernardina (*). Es un local de techo curvo, con paredes pintadas a la cal y una orgullosa cartelera donde destacan noticias de la policía comunitaria. Me presenta a la oficial, una mujer sonriente y afable que tiene un hijo chico-lo conozco después- que destaca por su energía que dan ganas de atarlo porque no para de moverse.

En ese Centro pasan cosas. Hay una biblioteca del barrio, con libros de todo tipo, mucha literatura nacional (para mi sorpresa), muchos libros infantiles (para mi sorpresa) y muchas enciclopedias (para mi sorpresa). También hay carteles con los nombres de los funcionarios a cargo, gente que trabaja allí, para el barrio, que es lindo, tranquilo, con casas bajas, jardincitos delanteros y mucho verde. Me dicen que abren las oficinas a las 6 de la mañana. Trato de imaginarme a nuestra Intendencia a esa hora. Es un ejercicio difícil.

A Heber Souza lo conocí en Chañaral, la primera vez que fui, y me conmovió la dedicación a su trabajo y su pasión por el departamento. Entonces no sorprende que todos lo saluden y que él hable con cada uno, con la simpatía habitual, esa cosa carismática y cariñosa que todavía se vive en el interior. Me digo que Montevideo debería mirar con más atención al interior, del que tenemos mucho que aprender.
Después alguna gente me comenta que en Montevideo no tratan bien a la gente del interior. Que incluso han visto un pegotín que dice "sos del interior, jodete". No lo vi, pero lo creo posible y me disculpo.

Acá la gente se saluda, dice "salud" si alguien estornuda, cede el paso y se ríe y escucha lo que dicen los demás. Montevideo es un atraso, me digo, y recuerdo un artículo que leí hace poco de cuánto daño le ha hecho la urbanización exagerada a esta ciudad, que separó a los vecinos...

Pues que aquí estamos. Heber me invitó a dar una charla para un público ecléctico, según me adelantó, sobre "Comunicación y escritura". No sabe en el lío que me metió, porque no es un tema menor. Así que desde octubre he estado pensando en el asunto, y cuánto más lo pensé, menos claro tenía el panorama. Después decidí que vería cómo era el público y vería, sobre la marcha, cómo decir lo que había pensado. Y el público realmente es las "fuerzas vivas" de una colectividad. Allí hay madres y abuelas y niños chicos, y funcionarios municipales, y policías y algún militar, y personas de todo tipo, pero en común: son vecinos del barrio, agradecidos por esta actividad. Entonces, después de las palabras del Intendente de Durazno, que para mi sorpresa se sienta entre el público y se queda, las de Heber y las de algún otro, me toca hablar. ¿Qué les puedo decir, si soy yo la que está aquí para aprender? Pero digo algo, claro, sobre lo que considero que es la responsabilidad del escritor en relación con el lector, al que rara vez conoce. Sobre la responsabilidad de las palabras y sobre la necesidad de las palabras. Sobre el vínculo con la comunicación, y Heber interviene y pregunta si creo que la escritura ayuda a la comunicación. Entonces se abre el ruedo, y algunas personas hablan, comentan, sobre la lectura, sobre la escritura, y los niños se silencian, y es un tiempo increíblemente enriquecedor y afectuoso. Agradezco la invitación de Heber, y la paciente atención del público que ha colmado la sala, mientras afuera se ha hecho de noche y es verano y algunos niños juegan en la calle como ya no se ve en Montevideo. Después, hay entrega de reconocimientos, porque este Centro de Integración Barrial dicta cursos para los vecinos que quieran asistir, con la intención, también, de ofrecerles una salida laboral. Y la gente aplaude, y yo fumo en silencio y se me hace que estoy en otra parte, donde la gente es gente y pese a las dificultades está feliz. Parece tan sencillo. Y mientras Alicia, la compañera de Heber, sirve saladitos y sándwiches y me pone un plato entre las manos para "que me alimente, porque no comés nada, nena", me digo que hay una continuidad con lo que hacemos en Chañaral.

Heber comenta sobre el grupo de murga de adultos mayores y otros proyectos que desarrollan; también, que en ese Centro, todos limpian, barren, pintas las paredes y trabajan como descosidos. Entonces pienso que para esto sirve ser escritor. Me quedo con estos encuentros, con estos intercambios, con los ojos brillantes de esas mujeres y hombres que se han acercado para escuchar hablar de este tema, que claramente no es un tema que cambie al mundo, pero que de algún modo les interesa. La noche sigue lenta. Heber me convida con un vino dulce. Es diciembre, se acercan las fiestas, hay arbolitos de Navidad en las casas, y esto es una celebración. Ojalá haya muchos Centros Integrales Barriales en este país; ojalá haya muchos Heber Souza y Alicias para sacar adelante este trabajo que le devuelve a la gente la sensación y el sentimiento de ser eso, gente, personas, seres humanos.

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(*) Estos Centros surgen como iniciativas de las Intendencias en relación con la descentralización para fortalecer los vínculos con las comunidades.